LEYENDAS EGIPCIAS
EL LUGAR DEL CASTIGO
Aunque no parece haber existido una parte del Duat (mundo subterráneo) reservada especialmente para los malvados, éstos eran lo suficientemente atormentados de muchas maneras como para hacer de su existencia un castigo por cualquier mal cometido durante la vida.
En un extremo de esta región había fosos de fuego presididos por unas deidades tenebrosas que supervisaban la destrucción de los cuerpos de los muertos y los despedazaban antes de quemarlos. Sin embargo, su castigo era mitigado por la aparición de Ra-Osiris en su viaje nocturno, ya que al acercarse sus tormentos cesaban momentáneamente.
Las deidades que imponían el castigo sobre los condenados eran los enemigos de Ra-Osiris, personificaciones de la oscuridad como la noche, la niebla, la bruma, el vapor, etc, y éstos eran destruídos a diario por los rayos de fuego de la luminaria.
Éstos eran retratados en forma humana, y las escenas de su destrucción por el fuego a menudo se han confundido equivocadamente como representación de quema de las almas de los condenados. Este malvado anfitrión se renovaba con cada revolución del Sol.
MALDICIÓN Y NACIMIENTO
Nut, la diosa del cielo, era la mujer de Ra. Sin embargo, era amada por Gheb a cuyo amor correspondía. Cuando Ra descubrió la infidelidad de su esposa, se puso rabioso y la maldijo, diciendo que su hijo no nacería en ningún mes ni en ningún año.
La maldición del poderoso Ra no podía ser ignorada, debido a que Ra era el jefe de todos los dioses. Angustiada, Nut apeló al dios Thot, quien también la amaba, Thot sabía que la maldición de Ra debía cumplirse, pero encontró una vía de salida al problema, mediante una estratagema muy hábil.
Acudió a la diosa de la Luna, cuya luz rivalizaba con la del Sol mismo, y le retó a un juego de mesa. Las apuestas por ambos lados eran altas, pero la diosa de la Luna apostó un poco de su luz, la decimoséptima parte de cada una de sus iluminaciones, y perdió. De aquí procede que su luz mengua y disminuye en ciertos períodos, de tal forma que ya no es rival del Sol.
De la luz que le había arrebatado a la diosa de la luna, Thot creó cinco días, de tal manera que no pertenecían ni al año anterior, ni al año siguiente, ni a un mes. Nut tuvo a sus cinco hijos durante esos días: Osiris nació el primer día, Horus el segundo día, Set el tercer día, Isis el cuarto día y Neftis el quinto.
LOS SIETE SERES SABIOS
Se encuentra en ocasiones a Ptah en compañía de unos seres llamados Los siete Seres Sabios de la diosa Meh-urt, que era su madre. Salían del agua, de la pupila del ojo de Ra, y adoptaron la forma de siete halcones, que salieron volando, y junto con Thot presidieron la enseñanza y las letras. Ptah, como arquitecto, realizando los diseños de Thot y sus acompañantes, de igual modo que la diosa Sekhmet, tenía algo de sus atributos.
OJO DE LA LUNA
El ojo izquierdo de Horus, representaba a la Luna, lucharon Set y Horus por este ojo, finalmente el malvado Set consiguió robarlo y devorárselo (menguante lunar), pero Horus mismo le arrebató el ojo a su enemigo con la ayuda de otros dioses, extirpándolo del vientre de su envidioso tío. Horus se lo presentó a su padre Osiris, ayudándole así a obtener una nueva vida.
Aunque no parece haber existido una parte del Duat (mundo subterráneo) reservada especialmente para los malvados, éstos eran lo suficientemente atormentados de muchas maneras como para hacer de su existencia un castigo por cualquier mal cometido durante la vida.
En un extremo de esta región había fosos de fuego presididos por unas deidades tenebrosas que supervisaban la destrucción de los cuerpos de los muertos y los despedazaban antes de quemarlos. Sin embargo, su castigo era mitigado por la aparición de Ra-Osiris en su viaje nocturno, ya que al acercarse sus tormentos cesaban momentáneamente.
Las deidades que imponían el castigo sobre los condenados eran los enemigos de Ra-Osiris, personificaciones de la oscuridad como la noche, la niebla, la bruma, el vapor, etc, y éstos eran destruídos a diario por los rayos de fuego de la luminaria.
Éstos eran retratados en forma humana, y las escenas de su destrucción por el fuego a menudo se han confundido equivocadamente como representación de quema de las almas de los condenados. Este malvado anfitrión se renovaba con cada revolución del Sol.
MALDICIÓN Y NACIMIENTO
Nut, la diosa del cielo, era la mujer de Ra. Sin embargo, era amada por Gheb a cuyo amor correspondía. Cuando Ra descubrió la infidelidad de su esposa, se puso rabioso y la maldijo, diciendo que su hijo no nacería en ningún mes ni en ningún año.
La maldición del poderoso Ra no podía ser ignorada, debido a que Ra era el jefe de todos los dioses. Angustiada, Nut apeló al dios Thot, quien también la amaba, Thot sabía que la maldición de Ra debía cumplirse, pero encontró una vía de salida al problema, mediante una estratagema muy hábil.
Acudió a la diosa de la Luna, cuya luz rivalizaba con la del Sol mismo, y le retó a un juego de mesa. Las apuestas por ambos lados eran altas, pero la diosa de la Luna apostó un poco de su luz, la decimoséptima parte de cada una de sus iluminaciones, y perdió. De aquí procede que su luz mengua y disminuye en ciertos períodos, de tal forma que ya no es rival del Sol.
De la luz que le había arrebatado a la diosa de la luna, Thot creó cinco días, de tal manera que no pertenecían ni al año anterior, ni al año siguiente, ni a un mes. Nut tuvo a sus cinco hijos durante esos días: Osiris nació el primer día, Horus el segundo día, Set el tercer día, Isis el cuarto día y Neftis el quinto.
LOS SIETE SERES SABIOS
Se encuentra en ocasiones a Ptah en compañía de unos seres llamados Los siete Seres Sabios de la diosa Meh-urt, que era su madre. Salían del agua, de la pupila del ojo de Ra, y adoptaron la forma de siete halcones, que salieron volando, y junto con Thot presidieron la enseñanza y las letras. Ptah, como arquitecto, realizando los diseños de Thot y sus acompañantes, de igual modo que la diosa Sekhmet, tenía algo de sus atributos.
OJO DE LA LUNA
El ojo izquierdo de Horus, representaba a la Luna, lucharon Set y Horus por este ojo, finalmente el malvado Set consiguió robarlo y devorárselo (menguante lunar), pero Horus mismo le arrebató el ojo a su enemigo con la ayuda de otros dioses, extirpándolo del vientre de su envidioso tío. Horus se lo presentó a su padre Osiris, ayudándole así a obtener una nueva vida.
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