¿Qué es la FIBROMIALGIA?
La fibromialgia (FM) es un término acuñado en 1976 (del latín fibra, fibra, que se refiere al tejido conjuntivo, del griego mio, músculo y algia, dolor ) que se refiere a un grupo de síntomas y trastornos músculo- esqueléticos que se caracteriza fundamentalmente por cansancio, dolor persistente, rigidez de intensidad variable de los músculos, tendones y tejido blando circundante, y un amplio rango de otros síntomas psicológicos, como dificultades para dormir, rigidez matutina, dolores de cabeza y problemas con el pensamiento y la memoria, algunas veces llamados «lagunas mentales», que suelen impedir el funcionamiento rutinario del sujeto. Es un trastorno no contagioso presente en aproximadamente entre el 3 y el 6 por ciento de las mujeres jóvenes, comúnmente entre los 20 y los 50 años de edad.
La fibromialgia está considerada un diagnóstico controvertido, y algunos autores afirman que no debe considerarse como una enfermedad debido, entre otras razones, a la falta de anormalidades en el examen físico, en los exámenes de laboratorio objetivos o estudios de imágenes médicas para confirmar el diagnóstico.
Aunque históricamente ha sido considerada un trastorno musculoesquelético y neuropsiquiátrico, las evidencias de investigaciones realizadas en las últimas tres décadas han puesto de manifiesto alteraciones en el sistema nervioso central que afectan a regiones del cerebro que podrían estar vinculadas tanto a los síntomas clínicos como a fenómenos descubiertos durante investigaciones clínicas. Aunque todavía no existe una cura universalmente aceptada para la fibromialgia, hay tratamientos que han demostrado durante ensayos clínicos controlados ser eficaces en la reducción de los síntomas como la educación del paciente, el ejercicio, las terapias conductuales y el consumo de ciertos fármacos.
Historia
La primera descripción parece haber sido la del británico sir Richard Manningham en su publicación de febrícula o fiebre baja y fatiga, citando descripciones similares a las hechas por Hipócrates.
En 1869 el médico estadounidense George M. Beard escribió un libro llamado «American Nervousness» utilizando el término de neurastenia, aplicado a las personas que presentaban pérdida de fortaleza, fatiga o cansancio de manera crónica.
En 1843 el anatomista Robert R. Froriep describió una asociación entre reumatismo y puntos dolorosos de músculos rígidos: Musckelschwiele.
La Fibromialgia es una enfermedad reconocida por todas las organizaciones internacionales y por la O.M.S. desde 1992. Está clasificada con el código M79.7 de la “Clasificación Internacional de Enfermedades, ( CIE-10CM ) en su última revisión, como una enfermedad reumatológica.
Epidemiología
Se sabe que la fibromialgia afecta más a mujeres que a hombres en una proporción de 9~10:1,18 y que podría afectar a un 3-6% de la población general. Se observa mayoritariamente entre los 20 y los 50 años de edad, aunque existen casos de niños y ancianos aquejados de esta enfermedad.
Entre 10 y 20% de los ingresos a clínicas especializadas en reumatología reciben el diagnóstico de fibromialgia, sin embargo se estima que alrededor del 90% de quienes deberían enmarcarse en un cuadro de fibromialgia permanecen sin diagnóstico, ya sea por desconocimiento del personal sanitario acerca de la misma o porque muchos profesionales de éstos no la reconocen como enfermedad. Las personas con artritis reumatoide y otras enfermedades autoinmunes tienden particularmente a desarrollar fibromialgia.
Etiología
Aunque las causas aún no han sido bien aclaradas, se piensa que puede estar causada o agravada por estrés físico o mental, traumatismo físico, exposición excesiva a humedad o frío, sueño deficiente o padecer una enfermedad reumática. Muchos de los casos empiezan después de hechos puntuales, como infecciones víricas o bacterianas, accidentes de automóvil, etc. La fibromialgia también puede aparecer sin ningún factor predisponente.
Han podido integrarse, así, teorías que abarcan las diferentes y complejas relaciones entre los mecanismos de sueño-vigilia (trastornos del ritmo circadiano), el eje hipotalámico-hipofisario-adrenal, los centros de procesamiento de las vías del dolor (fenómenos de sensibilización central y periférica del dolor) y el sistema nervioso autónomo (alteraciones en el tono autonómico o simpático-vagal: hiperreactividad simpática sostenida con hiporreactividad simpática ante el estrés).
Muchos supuestos casos de fibromialgia son debidos a la infección por Borrelia Burdogferi, espiroqueta que cause la enfermedad de Lyme. Esta enfermedad causa síntomas sistémicos como cansancio extremo, erupciones en la piel, ataques gripales, fiebre y sudoración, síntomas reumatológicos y neurológicos entre muchos otros. Países como Estados Unidos registran 300.000 casos al año de esta enfermedad emergente, difícil de diagnosticar y con una gran controversia acerca del tratamiento que debe seguirse para su curación.
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TESTIMONIO
ANGELES GARCIA GOMEZ
En el año 2003 me diagnosticaron fibromialgia, aunque llevaba sufréndola mucho tiempo pero los médicos no pudieron ó supieron detectarla. Llegue a pensar que podía padecer alzhéimer precoz ó que me estaba volviendo loca; no daba crédito a lo que me sucedía ya que, aparte de dolerme todo el cuerpo, me desorientaba fácilmente, olvidaba lo que había hecho ó alguien me había dicho unas horas atras.
Pero fue en 2006, cuando pase una de las temporadas más largas y angustiosas vividas hasta entonces. En aquel tiempo no sabía que dicha enfermedad podía causar tal destrozo a nivel físico, psíquico, neuronal, emocional y un largo etcétera.
Uno de aquellos días de latente nebulosidad escribí un poema. Hoy quiero compartirlo para que quienes padeceis ésta enfermedad penseis que no podemos tirar la toalla, yo continúo aquí, aprendiendo a vivir con mis limitaciones e intentándo no perder la esperanza.
AÚN ASÍ... AMO LA VIDA (Ángeles García Gómez)
Cuando el extraño laberinto de la mente
se distorsiona y me hallo sumergida
en un lodazal de dudas.
Cuando el indefectible
entramado de la memoria se desmorona
y quedan enterrados bajo los cascotes
pequeños pedazos de recuerdos,
hilados fuertemente por instantes vividos
día a día,
semana tras semana,
meses, años...
Me entristece, duele y enfurece altamente
derramar gota a gota
imágenes de mi existencia,
celosamente guardadas en las ténues fibras
-potentes lazos en un radiante pasado-
de la frágil y quebradiza memoria.
Una fugitiva memoria oscuramente velada,
-como cristales protectores del sol-
anegada de confusión e incertidumbre.
Dios mío ¿qué futuro me aguarda?.
Preguntas sin respuesta.
Interrogantes que se deslíen en el aire.
Por momentos me siento rota, inservible,
un objeto agrietado a punto de despedazarse,
con el cuerpo baldío... visiblemente ajado.
El cansancio me deja yerto
cada músculo,
cada coyuntura,
cada palabra silente.
Me noto íntegramente atrapada
en una enorme y tupida tela de araña
que, fragmentadamente,
me mantiene inmóvil.
Aún así, no me rindo ni amilano,
amo la vida, quiero vivir.
Necesito vivir para ver el despertar
de la alborada y recrearme
en su tímida luz violácea.
Escuchar en inmaculado silencio,
el sonoramente mágico
canturreo de los pájaros.
Inspirar profundo y deleitarme
con el placenteramente sensual
aroma de las flores.
Disfrutar la indescriptible calidez
de autentica y fiel amistad
por la que me encuentro arropada.
Palpar entrañable y amorosamente,
-como los incipientes besos de los niños
delicados y dulces, cual nubes de azúcar-
a cada uno de mis seres queridos
e impregnar de ternura los instantes.
Quiero vivir aunque se nuble la mente.
Se quebrante la memoria.
Se desmoronen los recuerdos.
Se deteriore el cuerpo.
Pronto, muy pronto me recuperaré.
Lo grita perennemente
el eco esperanzador
disimuladamente adormecido-
de la hondura de mi alma.
Señor, quizá a partir de hoy
se frene mi deterioro.
FIBROMIALGIA Y FATIGA CRONICA