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sábado, 29 de julio de 2023

HUEVOS A LA MANCHEGA



















HUEVOS A LA MANCHEGA 

Hoy os traigo una receta tradicional manchega. 

INGREDIENTES: 

-800 Gr.TOMATE NATURAL PELADO. 
-4 HUEVOS. 
-2 latas de BONITO EN ESCABECHE. 
-ACEITE DE OLIVA. 
-SAL. 
-PIMIENTA. 

 ELABORACIÓN: 

 -Ponemos en una sarten ACEITE DE OLIVA VIRGEN EXTRA, echamos el TOMATE NATURAL PELADO, lo sofreímos y lo salpimentamos. 

- Añadimos el BONITO EN ESCABECHE, y mezclamos bien con el tomate. 

-Incorporamos 4 huevos y los dejamos que hiervan. Aparte freímos unas rebanadas de pan y las servimos como acompañamiento.

 HUEVOS A LA MANCHEGA 
 

miércoles, 31 de mayo de 2023

EL TIEMPO PASADO














Lo más sorprendente del pasado,
si se repitiera...sería comprobar...
que nada es igual a como nos lo cuentan.
(LEÓN DANDU)

sábado, 29 de abril de 2023

CODILLOS DE CERDO AL HORNO (CON ROMERO Y TOMILLO)
























CODILLOS DE CERDO AL HORNO 
(CON ROMERO Y TOMILLO)

Esta receta la he sacado de una página llamada GOURMET ENTRE FOGONES, la cual os la recomiendo para que la sigáis. Tiene muchas más recetas de todo tipo.
https://www.entre-fogones.es/

Ingredientes: 
- 4 codillos de cerdo 
- Romero fresco 
- Tomillo fresco 
- 4 dientes de ajo picados 
- Sal y pimienta negra molida 
- 1 taza de vino blanco 
- 1 taza de caldo de pollo 

Instrucciones: 

1. Precalienta el horno a 180°C. 

2. Enjuaga los codillos y sécalos con papel absorbente. 

3. En un tazón pequeño, mezcla el romero, el tomillo y el ajo picado. 

4. Frota cada codillo con la mezcla de hierbas y sazona con sal y pimienta negra molida. 

5. Coloca los codillos en una bandeja para horno y vierte el vino blanco y el caldo de pollo alrededor de los codillos. 

6. Cubre la bandeja con papel aluminio y hornea por 1 hora y 30 minutos, o hasta que los codillos estén suaves y dorados. El tiempo de cocción de los codillos de cerdo en el horno depende de varios factores, como el tamaño de los codillos y la temperatura del horno. Por lo general, los codillos de cerdo requieren un tiempo de cocción de al menos 1 hora y 30 minutos a 180°C, cubiertos con papel aluminio para evitar que se sequen. Sin embargo, puede ser necesario aumentar el tiempo de cocción si los codillos son más grandes o si se cocina a una temperatura más baja. Es cierto que algunos métodos de cocción de los codillos de cerdo requieren un tiempo de cocción más prolongado, como el método de cocción lenta o el de cocción a baja temperatura. En estos casos, el tiempo de cocción puede ser de 6 horas o más, pero esto depende de la receta específica y la temperatura utilizada. 

7. Retira el papel aluminio y hornea durante 15-20 minutos más, o hasta que la piel esté crujiente. 

8. Retira los codillos del horno y déjalos reposar durante 10 minutos antes de servir. Este codillo de cerdo al horno con romero y tomillo es una deliciosa opción para una cena especial o una reunión con amigos y familiares. Las hierbas frescas agregan un sabor aromático y delicioso al cerdo, mientras que el vino blanco y el caldo de pollo crean una salsa rica y sabrosa para acompañar la carne. 

 ¡Espero que disfrutes esta receta!

 CODILLOS DE CERDO AL HORNO 
 

viernes, 28 de abril de 2023

RABO DE TORO



















RABO DE TORO

INGREDIENTES:

-1'5 Kg. Rabo de Toro.
-250 gr. Cebolla.
-100 gr. Zanahoria.
-3 Puerros.
-1 Litro de vino de Jerez.
-2 dl Aceite de Oliva.
-3 Litros de Caldo de Verduras.
-50 gr. Harina.
-150 gr. Manteca de Cerdo Ibérico.
-6 Patatas medianas.
-Sal.
-Pimienta Negra.


PREPARACIÓN:

Se trocea el Rabo, se agrega Medio Litro de vino, y se deja macerar una noche.

Salpimentar, y después, enharinarlo, y dorarlo en aceite. En ese mismo aceite, rehogamos a fuego lento las verduras troceadas, y la cebolla, y luego añadir los trozos de Rabo, y remover bien.

Agregar el medio litro de vino restante, y dejar reducir a la mitad. Incorporar el caldo de verduras, tapar la cazuela, y dejar cocer a fuego lento durante 3 horas.

Servir con patatas troceadas en láminas de medio centímetro, horneadas con la Manteca Ibérica.

RABO DE TORO

sábado, 22 de abril de 2023

LA BATALLA DE LEPANTO














LA BATALLA DE LEPANTO (1571)
La armada aliada estaba formada por 70 galeras españolas (sumadas las propiamente hispanas con las de Nápoles, Sicilia, y Génova), 9 de Malta, 12 del Papado y 140 venecianas. Los combatientes españoles sumaban 20.000, los del Papa 2.000 y los venecianos 8.000. La flota estaba confiada teóricamente a Juan de Austria y dirigida efectivamente por jefes experimentados como Gian Andrea Doria y los catalanes Juan de Cardona y Luis de Requesens. Marco Antonio Colonna, condestable de Nápoles y vasallo de España, era el almirante del papa. Las naves venecianas estaban al mando de Sebastián Veniero.



PREPARATIVOS:

La preparación de la cristiandad para enfrentarse de una forma decidida con el peligro turco fue muy laboriosa. El único hombre que vio clara la situación desde el primer momento fue el papa Pío V. Incluso Felipe II, que tan amenazadas veía sus posesiones peninsulares por el enemigo, tardó mucho en convencerse de la necesidad de afrontar el peligro de frente y de asestar un golpe definitivo a los turcos. Las capitulaciones para constituir la Liga Santa se demorarían hasta el 25 de mayo de 1571 debido a la disparidad de intereses y proyectos. La unión de escuadras cristianas que el Papa había convocado en respuesta a la toma de Chipre (1570) había resultado un fracaso del que los jefes se culpaban mutuamente. La Sublime Puerta lanzó un ataque a fondo contra Famagusta, último reducto de los venecianos en Chipre. Fuerzas turcas se apoderaron de Dulcino, Budua y Antivari, e incluso llegaron a amenazar la plaza de Zara. La escuadra española estuvo ya preparada el 5 de septiembre con la llegada de Andrea Doria, Don Alvaro de Bazán y Juan de Cardona. El 29 de agosto, el obispo Odescalco llegó a Mesina, dio la bendición apostólica en nombre del Papa y concedió indulgencias de cruzada y jubileo extraordinario a toda la armada. El 15 de septiembre, Don Juan ordenó la salida de la flota y el 26 fondeó en Corfú, mientras una flotilla dirigida por Gil de Andrade exploraba la zona.

LAS ARMADAS SE ENCUENTRAN EN EL GOLFO DE LEPANTO:

Don Juan de Austria constituyó una batalla central de 60 galeras en las que iban Colonna y Veniero con sus naves capitanas, flanqueada por otras batallas menores al mando de Andrea Doria, Alvaro Bazán y el veneciano Agustín Barbarigo. A Cardona se le dio una flotilla exploradora en vanguardia. A bordo iban cuatro tercios españoles de Lope de Figueroa, Pedro de Padilla, Diego Enríquez y Miguel Moncada. La infantería italiana era también de gran calidad. La desconfianza hacia los venecianos era tal que don Juan repartió 4.000 de los mejores soldados españoles en las galeras de la Señoría e hizo que éstas navegasen entreveradas con las de España. El 29 de septiembre abordó a la capitana de don Juan una fragata de Andrade con el anuncio de que los turcos esperaban en el golfo de Lepanto. La flota de la Liga salió el 3 de octubre del puerto de Guamenizas en dirección a Cefalonia, y el sábado 6, a la caída de la tarde, llegaba al puerto de Petela. Bazán aconsejaba entrar en el golfo y Andrea Doria temía aventurarlo todo en una jornada. En el Consejo se aprobó el plan de Bazán de presentar combate en la madrugada del día siguiente, frente al golfo de Lepanto. La maniobra ordenada permitió cerrar el golfo y dio tiempo a una perfecta colocación de la armada.


EL COMBATE (7 de octubre de 1571):

Al alba del día 7 la flota cristiana estaba situada en las islas Equínadas. Poco después avistaron a la turca adelantándose hacia la boca del golfo de Lepanto. Alí estaba al mando de 260 galeras y contaba con las naves del corsario argelino Luchalí. A las diez de la mañana las escuadras se hallaron frente a frente. Cerca del mediodía la galera del Amirante Alí Bajá disparó el primer cañonazo. Alí concentró el esfuerzo sobre las galeras venecianas, que suponía menos aguerridas. El primer ataque turco fue neutralizado por Barbarigo, que fue herido de muerte.

Durante dos horas se peleó con ardor por ambas partes, y por dos veces fueron rechazados los españoles del puente de la galera real turca; pero en un tercera embestida aniquilaron a los jenízaros que la defendían y, herido el almirante de un arcabuzazo, un remero cristiano le cortó la cabeza. Al izarse un pabellón cristiano en la galera turca arreciaron el ataque las naves cristianas contra las capitanas turcas que no se rendían; pero al fin la flota central turca fue aniquilada.

En la galera Marquesa combatió Miguel de Cervantes con gran valor. Tenía entonces veinticuatro años y continuó combatiendo después de ser herido en el pecho y en el brazo izquierdo, que le quedaría inútil. El consejo de don García de Toledo de recortar los espolones hizo más eficaz el empleo de la artillería. La arcabucería española resultó decisiva en el combate cuerpo a cuerpo causando gran número de bajas. En muchas de las galeras turcas los cautivos cristianos se rebelaron en lo más recio del combate. Fue un galeote cristiano quien cortó la cabeza del almirante Alí con su hacha de abordaje. Sólo 50 de las 300 naves turcas pudieron escapar. El argelino Luchalí combatió con fortuna en el ala derecha y logró escapar hacia la costa de Morea. La persecución que llevó a cabo Bazán cesó al caer la tarde sin conseguir darle alcance.

CARÁCTER DECISIVO DE LA VICTORIA, Y CONSECUENCIAS:

Se celebró un Consejo después de que la flota se retirarse a Petela y prevaleció el parecer de dar por terminada la campaña de aquel año. Pío V y el Dux de Venecia reconocieron que la victoria se debió principalmente a España y a Don Juan de Austria. Aunque Lepanto aparentemente fue una victoria total para los miembros de la Liga Santa, el carácter definitivo de la victoria cristiana ha sido discutido por muchos historiadores.

Pocas veces, si alguna, en la historia de los tiempos modernos, los frutos de una bella victoria han sido más vergonzosamente desperdiciados.

Aplazamientos, desconfianzas entre los aliados y la muerte del papa San Pío V provocaron la malversación del triunfo de Lepanto. Felipe II se sentía temeroso de un nuevo afianzamiento de la alianza francoturca; los venecianos se hallaban dispuestos, al cabo de cierto tiempo, a hacer una paz separada: si no hubiese sido por el entusiasmo de Don Juan de Austria, la Liga se habría deshecho... Pero las desconfianzas de Felipe -sus celos- hacia Don Juan de Austria, sus lentitudes características, dieron por resultado, al cabo de pocos meses, la caída de Túnez y la Goleta en poder de los turcos (1574). Así quedaba desvanecida la gloria de Lepanto.

La victoria de Lepanto abría la puerta a las mayores esperanzas. Sin embargo, de momento, no trajo consigo ninguna clase de consecuencias. La flota aliada no persiguió al enemigo en derrrota, por diversas razones: sus propias pérdidas y el mal tiempo, a quien el imperio turco, desconcertado, debió tal vez su salvación. En este sentido, fue fatal la larga demora española del verano de 1571, pues, al colocar a los aliados victoriosos en los umbrales de la estación del mal tiempo, vinieron a interponerse ante la victoria, como treguas obligatorias, el otoño, el invierno y la primavera... Pero si, en vez de fijarnos exclusivamente en lo que viene después de Lepanto, paramos la atención en lo que precede a esta victoria, nos daremos cuenta de que viene a poner fin a un estado de cosas lamentable, a un verdadero complejo de inferioridad por parte de la Cristiandad y una primacía no menos verdadera por parte de los turcos. La victoria cristiana cerró el paso a un porvenir que se anunciaba muy próximo y muy sombrío.

LA BATALLA DE LEPANTO