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jueves, 2 de mayo de 2019

LA DAMA DE LA ALBAHACA























"Isabel con la maceta de albahaca" 
Pintura de William Holman Hunt (1867)

Este relato es un cuento popular anónimo. Me lo contaba mi abuela cuando era un niño, así que he creído  que sería buena idea compartirlo en BLOGOCIOLOGICO. Se titula La Dama de la Albahaca.

LA DAMA DE LA ALBAHACA

Era una mujer que tenía tres hijas. Y tenían en el jardín una mata de albahaca y cada día salía una de las hermanas a regarla.

Un día salió a regar la mata de albahaca la hija mayor. Y cuando estaba regándola, pasó por allí el hijo del rey y le dijo:

-Señorita que riega la albahaca, ¿cuántas hojas tiene la mata?

Y como no supo responder se fue el hijo del rey para su palacio.

Y al día siguiente pasó otra vez el hijo del rey por la casa y salió la hermana segunda a regar la albahaca, y él le hizo la misma pregunta:

-Señorita que riega la albahaca, ¿cuántas hojas tiene la mata?

Tampoco supo responder y el hijo del rey se fue para su palacio.

El tercer día, cuando volvió el hijo del rey a pasar por la casa, la hermana menor pasó a regar la albahaca, y él le hizo la misma pregunta que a las otras:

-Señorita que riega la albahaca, ¿cuántas hojas tiene la mata?

Y ella le respondió:

-Señorito aventurero, ¿cuántas estrellas tiene el cielo?

Y como el hijo del rey no supo responder a esta pregunta, se fue a su palacio muy avergonzado.

Y entonces el hijo del rey, como estaba muy avergonzado de ver que no había podido responder a la pregunta de la hermana menor, se metió a encajero y salió a vender encajes a todas partes. Y llegó a la casa en donde vivían las tres hermanas y salieron a ver qué vendía. Y la hermana menor escogió por fin una puntilla y le dijo al encajero:

-¿Cuánto quiere usted por esta puntilla?

Y él le dijo:

-Por esta puntilla un beso.

Y ella le dio el beso y se quedó con la puntilla.

Y otro día volvió el hijo del rey como antes a la casa de las tres hermanas. Y salió la hermana mayor a regar la albahaca y él le preguntó otra vez:

-Señorita que riega la albahaca, ¿cuántas hojas tiene la mata?

Y ella no supo qué responder y él se fue para su palacio. Y al día siguiente volvió y salió la hermana segunda a regar la albahaca, y el hijo del rey le preguntó como antes:

-Señorita que riega la albahaca, ¿cuántas hojas tiene la mata?

Y ella no supo qué responder como la primera vez. Y vino otro día el hijo del rey y salió la hermana menor a regar la albahaca, y le preguntó como antes:

-Señorita que riega la albahaca, ¿cuántas hojas tiene la mata?

Y ella le respondió como la primera vez:

-Señorito aventurero, ¿cuántas estrellas tiene el cielo?

Y a eso preguntó él:

-Y el beso del encajero, ¿estuvo malo o estuvo bueno?

Y como ella no supo responder se metió en la cama avergonzada.

Pero pocos días después se puso malo el hijo del rey y no había médico que lo pudiera curar. Y fue la hermana menor y se vistió de médico. Fue al palacio del rey de médico superior, mucho superior, y le dijo al rey:

-Yo vengo, señor rey, a curar a su hijo.

Y la dejaron entrar y consultó con los otros médicos y dijo:

-Para que sane el príncipe hay que meterle un nabo* en el culo.

Conque bueno, que le metieron el nabo en el culo y el hijo se puso bueno.

Y cuando ya estaba bueno, salió el hijo del rey otra vez a paseo y pasó por la casa de las tres hermanas otra vez. Y salió como de costumbre la hermana mayor a regar la albahaca, y él le preguntó de nuevo:

-Señorita que riega la albahaca, ¿cuántas hojas tiene la mata?

Y ella, como antes, no supo responder.

Y otro día salió la hermana segunda a regar la albahaca, y le hizo el hijo del rey la misma pregunta de siempre:

-Señorita que riega la albahaca, ¿cuántas hojas tiene la mata?

Y tampoco supo responder.

Y al tercer día, cuando pasó el hijo del rey por la casa, salió la hermana menor a regar la albahaca y él le preguntó como lo había hecho antes:

-Señorita que riega la albahaca, ¿cuántas hojas tiene la mata?

Y ella le respondió como antes:

-Señorito aventurero, ¿cuántas estrellas tiene el cielo?

Y entonces el hijo del rey creyó que iba a salirse con la suya como antes y le preguntó:

-Y el beso del encajero, ¿estuvo malo o estuvo bueno?

Pero se engañó el hijo del rey, porque apenas había preguntado eso de antes, cuando ella le preguntó:

-Y el nabo por el culo, ¿estaba blando o estaba duro?

Y entonces el hijo del rey comprendió que ella había sido la que le había metido el nabo por el culo. Y como estaba muy enamorado de ella y ella también estaba enamorada de él, enseguida se casaron.

LA DAMA DE LA ALBAHACA

2 comentarios:

ninesmendo@hotmail.com dijo...

Que recuerdos. Me encanta.

SUPERMENDO dijo...

Claro que sí hermana. A mí también me encanta, pues nos lo contaba la abuela Felicia cuando éramos niños, y nos reíamos mucho.