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viernes, 27 de enero de 2012
HISTORIA DE LA PESETA
MONEDAS DE PESETA ESPAÑOLA
La peseta fue la moneda de curso legal en España desde su aprobación el 19 de octubre de 1868 hasta el 1 de enero de 1999, cuando se introdujo el euro. Siguió circulando hasta el 31 de diciembre de 2001 con la consideración legal de «fracción no decimal de euro» y después, provisionalmente, hasta el 28 de febrero de 2002. El 1 de enero de ese año habían entrado en circulación las monedas y billetes de euro, con los que convivió durante dos meses.
HISTORIA
El Diccionario de Autoridades de 1737 define la peseta como «la pieza que vale dos reales de plata de moneda provincial, formada de figura redonda. Es voz modernamente introducida».
La primera pieza que se acuñó con la inscripción pesetas fue una pieza acuñada en Barcelona de 2 1/2 pesetas, en 1808, durante la dominación napoleónica. La pieza correspondiente de peseta se acuñó el año 1809, año en que también fue acuñada la de 5 pesetas (del tamaño y peso de las de 8 reales), que funcionaron hasta el final de la Guerra de la Independencia Española. También se realizó una emisión esporádica de una moneda de 5 pesetas en Baleares en 1823.
Posteriormente, tras la coronación de Isabel II como reina de España, durante los años 1836 y 1837, volvieron a acuñarse monedas con la inscripción de 1 peseta; con ellas pagó la reina a las tropas institucionales que lucharon en la primera Guerra Carlista en favor de su causa y en contra de la del pretendiente carlista don Carlos María Isidro de Borbón, quienes fueron llamados después por ello Peseteros.
El 19 de octubre de 1868, el ministro de Hacienda del Gobierno provisional del general Serrano, Laureano Figuerola, firmó el decreto por el que se implantaba la peseta como unidad monetaria nacional, sustituyendo al escudo como tal, al mismo tiempo que entraba en vigor oficialmente el Sistema Métrico en el contexto de la Unión Monetaria Latina.
HISTORIA DE LAS MONEDAS DE PESETA
La primera peseta fue acuñada en 1869, consistía de 5 gramos de plata y equivalía a 4 reales. Todas las monedas de la primera emisión fueron:
- 1 céntimo, 1 g de bronce.
- 2 céntimos, 2 g de bronce.
- 5 céntimos, 5 g de bronce.
- 10 céntimos, 10 g de bronce.
- 20 céntimos, 1 g de plata de ley 900 milésimas.
- 50 céntimos, 2,5 g de plata de ley 900 milésimas.
- 1 peseta, 5 g de plata de ley 900 milésimas.
- 2 pesetas, 10 g de plata de ley 900 milésimas.
- 5 pesetas, 25 g de plata de ley 900 milésimas.
- 100 pesetas, 32,25 g de oro de ley 900 milésimas.
Hasta la entrada en vigor de la peseta como única moneda española, existían en España 21 unidades monetarias en circulación.
Hasta la Segunda República, las monedas de 1 peseta fueron acuñadas en plata. La primera peseta de metal no precioso fue fabricada en 1937. En ella aparecía el rostro de una mujer, representación de la República. Estas monedas fueron conocidas como la Rubia, color que le daba la aleación de cuproníquel.
En 1939, el régimen de Francisco Franco retiró de la circulación las monedas de metales preciosos y acuñó monedas de peseta imitando el diseño del dinar yugoslavo. Estas monedas fueron fabricadas desde 1944 hasta 1982 y disfrutaron de curso legal hasta 1997. En esta época, debido a la inflación, se pusieron en circulación monedas de mayor valor facial, como 25, 50 y 100 pesetas.
Desde la Transición Española las monedas contaron con el retrato de Juan Carlos I. En 1980 se fabricaron monedas conmemorativas de la Copa Mundial de Fútbol de 1982 de 50 céntimos, 1, 5, 25, 50 y 100 pesetas.
A partir de 1982 las monedas de una peseta pasaron a fabricarse en aluminio para abaratar los costes de producción, aunque con las mismas dimensiones que las anteriores. También empezaron a circular las monedas de 100 pesetas de cuproníquel (los veinte duros), y en la segunda mitad de los 80 monedas de 10, 200 y 500 pesetas. En 1983 se descatalogó toda la moneda fraccionaria, de valor menor a una peseta, puesto que ya no eran utilizados en ninguna operación.
Fue en 1989 cuando comenzó la producción de pesetas de aluminio de sólo 14 mm de diámetro, una de las monedas más pequeñas del mundo. La última serie de monedas alternaba los colores blanco y amarillo entre valores consecutivos; doradas las monedas de uso mayoritario (5, 25, 100 y 500 pesetas) y plateadas las menos habituales (1, 10, 50 y 200 pesetas). En 1995 se lanzó la moneda de 2000 pesetas, aunque con escasa circulación y reservada a coleccionistas.
En 1997 fueron retiradas de la circulación las monedas de 1, 5, 25, 50 y 200 pesetas de diseño antiguo (Los diseños anteriores a 1989, que en algunos casos llevaban en circulación desde los años 40), así como las monedas de 100 pesetas de gran diámetro, poco conocidas debido a su escasa circulación. En sus últimos años de existencia, la peseta tenía tan poco valor (llegando a equivaler 200 pesetas a un dólar estadounidense) que la moneda de una peseta prácticamente había desaparecido de la circulación, y la unidad monetaria en la práctica era el duro (5 pesetas).
Las pesetas siguieron en circulación hasta el 28 de febrero de 2002, con la entrada del euro, tras 133 años de vigencia.
HISTORIA DE LOS BILLETES DE PESETA
Los primeros billetes de peseta fueron impresos el 1 de julio de 1874. Tenían los valores faciales de 25, 50, 100, 500 y 1.000 pesetas. Debido a su elevado valor en la época, sólo estaban destinados a ser manejados por bancos y otras entidades financieras. En total apenas se emitieron dos millones de esta primera serie.
Los billetes emitidos en nuevas series siguieron teniendo estos mismos valores, hasta 1935. Debido a la devaluación de la peseta en aquellos años, y al temor de que el aumento en el precio de la plata pudiera producir la desaparición de las monedas de 5 pesetas (duros de plata) para ser vendidas como metal, se procedió en 1935 a emitir billetes de 5 y 10 pesetas, como "Certificado de Plata", siendo retiradas las monedas de plata de 5 pts. de la circulación.
Durante la Guerra Civil Española, la economía del país se desplomó y con él su moneda. Incluso con las devaluaciones, el Banco de España tuvo que imprimir billetes de valores menores, tales como 50 céntimos, 1, 2, 5 y 10 pesetas, debido a la imposibilidad de comprar metales.
Tras la recuperación de la economía española, las necesidades monetarias del país cambiaron. En 1974 ya había 700 millones de billetes en circulación, muchos de ellos de baja denominación, y en 1978 la cifra llegaba a mil millones. Pese a que la peseta había perdido valor, el billete de mayor valor seguía siendo el de 1.000 pesetas y eran necesarios muchos de estos billetes para pagos cotidianos.
Por este motivo, desde la década de 1970, se fueron retirando los billetes menores para ser sustituidos por nuevas denominaciones. La emisión del primer billete de 5.000 pesetas en 1976 inició una tendencia que se siguió con los billetes de 2.000 y 10.000 pesetas de 1982. Estos tres valores quedaron, junto con el billete de 1.000 pesetas, como los únicos en vigor en los últimos diez años de vida de la peseta (1992-2002).
LA PESETA EN OTROS PAÍSES
La peseta ecuatoguineana fue la moneda oficial de Guinea Ecuatorial desde 1969 hasta 1975. Se emitieron diferentes tipos de monedas y billetes, todos siguiendo el modelo de las piezas circulantes en España en aquella época. Se acuñaron monedas de 1, 5, 25 y 50 pesetas ecuatoguineanas, así como billetes de 100, 500 y 1.000 pesetas.
La única moneda actualmente en vigor que lleva el nombre de peseta es la moneda nacional de la República Árabe Saharaui Democrática, conocida como peseta saharaui. Esta unidad es equivalente al valor de las antiguas pesetas españolas, está de facto vinculada a la moneda única europea con una convertibilidad de 166,386 pesetas saharauis por euro. Esta moneda tiene carácter oficial solo de iure, pues no circula de forma efectiva entre la población, ya que en la zona ocupada por Marruecos la moneda en uso es el dirham marroquí, mientras que en la zona controlada por el Frente Polisario circula el dinar argelino. Aún así, se siguen emitiendo monedas de 1, 2, 5, 25 y 50 pesetas saharauis para uso común y piezas conmemorativas en varios valores, acuñadas en metales finos.
ETIMOLOGÍA
Parece que la palabra peseta procede de la catalana peceta (piececita), diminutivo de peça (pieza), nombre con que se conocía desde el siglo XV a algunas monedas de plata y que más tarde designó al real de a dos.
APODOS
Coloquialmente, la peseta ha recibido otros nombres, como pela, rubia, cala o incluso chufa, a menudo utilizados junto a cantidades grandes para indicar un precio excesivo. Ejemplo: «El ordenador me ha costado 150.000 pelas».
Las monedas y billetes de peseta tenían sus propios apodos: la moneda de 5 pesetas era conocida como duro, el billete de 100 pesetas simplemente como billete (la última emisión de billetes de 100 pesetas fue en 1970, y en 1982 fue sustituido por la moneda de 100 pesetas). El billete de 1.000 pesetas como talego o billete verde, y el de 5.000 pesetas era conocido como boniato.
TÉRMINOS DERIVADOS
La palabra peseta dio origen al término pesetero, utilizado para designar a alguien a quien le interesa el dinero por encima de todo.
Con la entrada del euro, se utilizaron las palabras pesetero o pesetista para referirse a las personas que no se han adaptado a la moneda única y hacen sus cálculos mentales en la antigua moneda, caracterizados por su típica frase "¿Eso cuánto es?" cuando se les da un precio en euros. A fecha de 2011, se siguen exponiendo precios de venta en pesetas en muchos centros comerciales, y es común, aunque cada vez menos, oír a personas hablando de sus salarios y presupuestos en pesetas, especialmente cuando se trata de cantidades elevadas, hablando en millones sin especificar la moneda.
También se usa el término peseta, concordándolo en masculino (un peseta, el peseta) para referirse coloquialmente a los taxistas; uso que se mantiene pese al cambio de moneda.
En Puerto Rico, actualmente toda la población de la isla le llaman pesetas a la moneda de 25 centavos de Dólar estadounidense y vellón a las monedas de 5 centavos. Es de uso común en Cuba, principalmente por las personas de más edad, el término peseta para referirse a la moneda de 20 centavos de Peso Cubano, ya que 20 centavos conforman la quinta parte de 1 Peso, y 1 peseta es la quinta parte del antiguo peso fuerte.
PESETA MEXICANA
En México, la palabra pesetista se refiere al PST, el Partido Socialista de los Trabajadores. El término Peseta se siguió utilizando en México durante el siglo XIX para referirse a las monedas de plata en denominación de 2 reales y a las de 25 centavos, posteriormente, durante los años comprendidos de 1950 a 1953, se vuelven a acuñar monedas en esta última denominación y, de acuerdo a la tradición, volvieron a denominárseles Pesetas.
CAMBIO
SUBMÚLTIPLOS DE LA PESETA
El céntimo: Una peseta estaba dividida en 100 céntimos. Las monedas fraccionarias de la peseta estuvieron en circulación hasta 1983, cuando los céntimos dejaron de tener sentido práctico debido a las sucesivas devaluaciones de la peseta.
El real: La peseta también tenía múltiplos y submúltiplos utilizados coloquialmente. Una peseta se dividía en 4 reales, puesto que, al ser puesta en circulación, el valor de la peseta se fijó al de cuatro antiguos reales. Durante la época franquista, la moneda de 50 céntimos (los dos reales) de la serie de 1949 era fácilmente reconocible por su agujero en el centro.
La perra chica y la perra gorda: Durante el periodo en el que fueron de curso legal, las monedas de 5 y 10 céntimos eran popularmente conocidas como perra chica y perra gorda, respectivamente. El motivo es el león que aparecía en las primeras emisiones de estas monedas, que el pueblo confundió con un perro. Este apodo de las monedas dio origen a la frase proverbial "para ti la perra gorda", utilizado para denotar avaricia o testarudez en la persona a la que se le habla, zanjando así la discusión.
MÚLTIPLOS DE LA PESETA
El duro: Un duro eran cinco pesetas. Este duro era el antiguo peso fuerte o peso duro de 20 reales de vellón.
En las últimas décadas de existencia de la peseta, era habitual ver a personas con gran destreza para manejar las cantidades económicas en duros, es decir, en vez de 100.000 pesetas usaban 20.000 duros, en vez de 150.000 pesetas, 30.000 duros. Los niños también solían hacer sus cuentas en duros, al ser esta la moneda de menor valor en la práctica. Siendo así muy populares las monedas de 5 duros (25 pesetas) y las de 20 duros (100 pesetas).
El kilo: Popularmente se designaba como kilo al millón de pesetas puesto que los mil billetes de 1.000 pesetas, necesarios para el millón (cuando el billete más grande en circulación era de este valor), pesaban alrededor de un kilogramo. Este vocablo era muy utilizado en los últimos años de circulación de la peseta, debido al escaso valor de la unidad de moneda y la gran cantidad de pesetas necesarias para hacer cálculos con precios de artículos de coste alto, como viviendas o automóviles.
El término no ha caído en desuso por la desaparición de la peseta. Hoy en día, pese a que hace años que entró en circulación el euro, se ven muchos anuncios de venta de viviendas con el precio expresado en kilos (millones de pesetas). Ocasionalmente, el vocablo kilo se utiliza para referirse al millón de euros, siendo ampliamente utilizado por la prensa deportiva.
PARIDAD DEL EURO
El 31 de diciembre de 1998, la peseta dejó de cotizar y fue sustituida por el euro. Pero en los bolsillos este cambio no llegó a notarse hasta el 1 de enero de 2002, cuando el euro comenzó a circular al cambio de 166,386 pesetas por euro. En la conversión, hay un redondeo de dos decimales. La moneda continuó siendo de curso legal en convivencia con el euro hasta el 28 de febrero de 2002, mientras hasta el 30 de junio se pudo seguir cambiando en todos los bancos y caja de ahorros del país. Desde esa fecha, el cambio sólo es posible en el Banco de España.
Se suele emplear mentalmente la tasa de conversión aproximada de 166,67 pesetas por euro que son 6 euros por cada 1.000 pesetas. Esta aproximación tiene un error del 0,17%.
NUESTRA AÑORADA PESETA
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4 comentarios:
¡Maravillosa entrada! ¡Un lujo! ¡Muchas gracias!
Que triste lo mio...! Me parece un recuerdo tan lejano el de la peseta, y sin embargo ¡¡la hecho tanto de menos!! Los euros a mi no me cunden lo mismo... ay.
Besitos.
Yo creo que a nadie le cunde el euro, me da mucha pena de la peseta. Muy buena entrada.
Gracias a Conchi, Campoazul, y Preste Juan por vuestra opinión. Yo creo que todos echamos de menos nuestra querida peseta. Saludos.
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