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miércoles, 19 de octubre de 2011

NABUCODONOSOR II: CONQUISTADOR DE JERUSALEM
















NABUCODONOSOR II

Nabucodonosor II (c. 630-562 a. C.) es probablemente el gobernante más conocido de la dinastía caldea de Babilonia. Reinó entre el 605 a. C. y el 562 a. C.

Es famoso por la conquista de Judá y Jerusalén, y por su monumental actividad constructora en Babilonia, como los famosos Jardines colgantes de Babilonia, que según cuenta la leyenda fueron construidos para su esposa que sentía nostalgia por el ambiente montañoso primaveral donde creció.

Es tradicionalmente llamado "Nabucodonosor el Grande", pero la destrucción de templos en Jerusalén y la conquista de Judá le causó una imagen malévola en las tradiciones judías y en la Biblia, al contrario de lo que sucede en el Irak contemporáneo, donde es glorificado como un líder histórico.

NOMBRE

Su nombre, en acadio Nabû-kudurri-uṣur, es interpretado como "Oh Nebo, defiende mi corona", "imperio", "estela", o "trabajo". En una inscripción se nombra a sí mismo "el favorito de Nebo". En hebreo es נבוכדנאצר Nəbūkadnệṣṣar (la presencia de א (alef) puede indicar una pronunciación temprana del hebreo, Nəbūkadenʾeṣṣar), y algunas veces (en Jeremías y Ezequiel) נבוכדראצר, Nəbūkadrệṣṣar. La Septuaginta y la Vulgata tienen Ναβουχοδονοσορ, Nabuchodonosor (reflejando una pronunciación temprana Nabūkudunʾuṣur).

BIOGRAFÍA

Nabucodonosor fue el hijo mayor y sucesor de Nabopolasar, quien liberó Babilonia de la dependencia de Asiria y dejó a Nínive en ruinas. Según Beroso, contrajo matrimonio con la hija de Ciáxares, por lo que las dinastías de Medos y Babilonia se unieron.

Neko II, rey de Egipto, obtuvo una victoria ante los Asirios en Megido. Esto aseguró a Egipto la posesión de provincias Fenicias del imperio asirio, incluyendo parte de Palestina. Las provincias restantes fueron divididas entre Babilonia y Media.

Nabopolasar estaba decidido en reconquistar de Necao las provincias del oeste de Siria, y para este fin mandó a su hijo junto a un poderoso ejército en dirección al oeste. En la Batalla de Karkemish en el año 605 a. C., el ejército egipcio fue derrotado y Siria y Fenicia cayeron bajo el dominio de Babilonia. Nabopolasar murió el 15 de agosto del 605 a. C. y Nabucodonosor regresó a Babilonia para ascender al trono.

Después de vencer a los Cimerios y Escitas, todas las expediciones de Nabucodonosor estuvieron dirigidas hacia el oeste, aunque un poderoso vecino, los medos, estaba ubicado en el norte; la causa de esto fue el matrimonio con Amuhia, hija del rey de los medos, que aseguró paz entre los dos imperios.

Nabucodonosor llevó a cabo varias campañas sobre Siria y Judá. Un intento de invasión a Egipto en 601 a. C. tuvo algunos contratiempos, causados por diversas rebeliones en el área del Levante, incluyendo Judá. Nabucodonosor terminó con las rebeliones, capturando Jerusalén el 597 a. C., y llevando al rey Jeconías a Babilonia.

Cuando el faraón Apries intentó nuevamente una invasión a Palestina, el 589 a. C., Judá y otros estados de la región se rebelaron. Un segundo asedio de Jerusalén ocurrió en 587/586 a. C., finalizando con la destrucción del templo y la ciudad, y la deportación de muchos ciudadanos a Babilonia. Estos hechos se describen en los libros bíblicos de Reyes, Jeremías y Crónicas. Después de la destrucción de Jerusalén, Nabucodonosor sostuvo un asedio sobre Tiro (585-572 a. C.), que terminó con un compromiso, donde la ciudad aceptaba la autoridad de Babilonia.

Según parece, luego de la pacificación de Tiro, Nabucodonosor habría vuelto a atacar Egipto. Una tablilla de arcilla, que está actualmente en el Museo Británico, contiene la siguiente inscripción refiriéndose a esta guerra:

"En el trigésimo séptimo año de Nabucodonosor, rey de Babilonia, fue a Mitzraim (Egipto) para hacer una guerra. Amasis, rey de Egipto, reunió [a su ejército], y marcharon y se dispersaron por el extranjero."
Completando la subyugación de Fenicia, y luego de atormentar Egipto, Nabucodonosor se dedicó a adornar la ciudad de Babilonia, construir canales, acueductos y reservas.

Tomando en cuenta sus inscripciones y el número de templos construidos o restaurados por él, se puede decir que fue un hombre muy devoto. Lo que se sabe de su historia lo muestra con una disposición humana, en llamativo contraste con la demostración de crueldad gratuita de la mayoría de los soberanos asirios. Fue debido a esta moderación que Jerusalén fue perdonada repetidas veces, y finalmente destruida sólo cuando esto fue una necesidad política; los príncipes rebeldes obtuvieron perdón, y el mismo Sedecías, que por su desagrado contra el rey babilónico le era particularmente odioso, si se hubiese comportado con menos terquedad, hubiera recibido mayor indulgencia (Jeremías 38:17, 18); Nabucodonosor mostró mucha consideración a Jeremías, dejándolo libre de acompañar a los exiliados a Babilonia o de permanecer en Jerusalén, y nombrando a uno de los amigos del profeta, Godolías, como gobernador de Jerusalén; concedió también tal parte de libertad a los exiliados judíos que algunos ascendieron a una posición de prominencia en la Corte y Baruc pensó que era un deber exhortar a sus compañeros para que tuvieran el bienestar de Babilonia en el corazón y para que oraran por su rey. La tradición babilónica cuenta que al final de su vida, Nabucodonosor, inspirado desde las alturas, profetizó la ruina inminente del imperio Caldea (Berosus y Abydenus en Eusebio, Praep. Evang., 9.41).

Nabucodonosor murió en Babilonia entre el segundo y sexto mes del año 43 de su reinado.

ACTIVIDAD CONSTRUCTORA

Nabucodonosor pareció sentirse más orgulloso por sus obras que por sus victorias en el campo de batalla. Durante el último siglo de la existencia de Nínive (s. VII a. C.), Babilonia estaba devastada, no sólo a manos de Senaquerib y Asurbanipal, sino también como resultado de rebeliones. Nabucodonosor, continuando con el trabajo de reconstrucción de su padre, tuvo como propósito convertir su capital en una de las maravillas del mundo. Antiguos templos fueron restaurados; nuevas edificaciones de increíble magnificencia fueron construidas en honor a los dioses del panteón babilónico (Diodoro de Sicilia, 2.95; Heródoto, 1.183); para completar el palacio real comenzado por Nabopolasar, nada fue ahorrado, ni "madera de cedro, bronce, oro, plata, piedras preciosas y raras"; un pasaje subterráneo y un puente de piedra conectaban las dos partes de la ciudad separadas por el río Éufrates; la ciudad se volvió inexpugnable con la construcción de un triple muro.

Las labores de Nabucodonosor no estaban sólo ligadas a la capital; es acreditado por la restauración del lago de Sippar, abrir un puerto en el Golfo Pérsico, y la construcción de una muralla entre los ríos Tigris y Éufrates para proteger al país de invasiones del norte: de hecho, no hay un lugar en Babilonia donde no aparezca su nombre o vestigios de su actividad como rey. Estas gigantescas obras necesitaron una amplia mano de obra: de las inscripción en el templo de Marduk, se puede inferir que la mayoría de los cautivos traídos desde el oeste de Asia participaron en las labores de construcción.

NABUCODONOSOR EN EL LIBRO DE DANIEL


















EL PROFETA DANIEL EN EL FOSO DE LOS LEONES

Nabucodonosor es más ampliamente conocido a través de su descripción en la Biblia, especialmente en el Libro de Daniel, que discute varios eventos de su reinado en adición a su conquista de Jerusalén:

En el segundo año de su reinado, Nabucodonosor sueña con una gran imagen hecha de varios materiales (oro, plata, bronce, hierro, y barro cocido) que es destruida totalmente. El profeta Daniel lo interpreta de modo que representa el auge y la caída de los poderes mundiales (Daniel Capítulo 2).

Durante otro incidente, Nabucodonosor levanta un enorme ídolo de oro para ser venerado durante una ceremonia pública en el llano de Dura. Cuando tres judíos, Ananías, Misael, y Azarías (Sedrac, Mesac, y Abed-nego) rehusaron formar parte de tal acto, el rey los mandó a arrojar a un horno ardiente. Pero al momento de ser arrojados fueron salvados por un ángel y surgieron ilesos (Daniel Capítulo 3).

Otro sueño, esta vez de un árbol inmenso, es interpretado por Daniel el profeta. El sueño anunciaba el destino del rey viviendo junto a las bestias y comportándose como éstas (Daniel Capítulo 4).

Mientras presumía sobre sus logros, Nabucodonosor es humillado por Yahvé. El rey pierde la cordura y vive en la selva como un animal durante siete años (algunos lo consideran como un ataque de locura llamado zoantropía clínica). Después de esto, su cordura y postura son recobradas. Ni la enfermedad, ni el interregno que debió haber causado, están registrados en los anales babilónicos; sin embargo, hay una ausencia de actos del rey durante 582-575 a. C. Algunos eruditos creen que el Libro de Daniel fue escrito mucho tiempo después que los eventos descritos, durante el Siglo II a. C., por esta razón se duda de la veracidad de las descripciones.

Algunos estudiosos creen que la descripción hecha por Daniel es una mezcla de tradiciones sobre Nabucodonosor —fue sin duda quien conquistó Jerusalén— y Nabónido (Nabuna'id), el último rey de Babilonia. Por ejemplo, Nabónido fue el verdadero padre de Belsasar, y los siete años de locura pueden estar relacionados con la estadía de Nabónido en Tayma en el desierto. Evidencia de esto está en fragmentos de los Manuscritos del Mar Muerto donde se describe a Nabónido (N-b-n-y) siendo azotado por Dios con una fiebre de siete años en su reino mientras su hijo regía en Babilonia.

SUCESORES

Después de su muerte en octubre de 562 a. C., luego de haber reinado 43 años, fue sucedido por su hijo Amel-Marduk, quien, después de reinar dos años, fue sucedido por Neriglisar (559 - 555), que fue sucedido por Nabónido (555 - 538), al final de estos reinados (menos de un cuarto de siglo después de la muerte de Nabucodonosor) Babilonia cayó bajo Ciro quien lideró la combinación de los ejércitos de Media y Persia.

NABUCODONOSOR II

"EL MISTERIO DE BABILONIA"

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