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viernes, 19 de julio de 2019

¿QUÉ ES LA APOROFOBIA?









¿QUÉ ES LA APOROFOBIA?

La aporofobia (del griego άπορος (á-poros), sin recursos, indigente, pobre; y φόβος, (fobos), miedo)​ se refiere al miedo y rechazo hacia la pobreza y hacia las personas pobres. Es la animosidad, hostilidad y aversión, respecto de las zonas o barrios carenciados y respecto de las personas pobres, o sea, frente a aquellas personas que se encuentran desamparadas y con muy pocos recursos.

El concepto de aporofobia fue acuñado en los años 1990​ por la filósofa Adela Cortina, catedrática de Ética y Filosofía Política de la Universidad de Valencia, para diferenciar esta actitud de la xenofobia, que solo se refiere al rechazo al extranjero y del racismo, que es la discriminación por grupos étnicos.

La diferencia entre aporofobia y xenofobia o racismo es que socialmente no se discrimina ni margina a personas inmigrantes o a miembros de otras etnias cuando estas personas tienen patrimonio, recursos económicos y/o relevancia social y mediática.​

La aporofobia consiste pues en un sentimiento de miedo y de rechazo al pobre, o sea, al desamparado, al que no tiene medios. Tal sentimiento y actitud son adquiridos.​

En mayo de 2017, la Fundación del Español Urgente (Fundéu) señaló que se trataba de un «neologismo válido»​ y en septiembre del mismo año​ fue incluido en el Diccionario de la lengua española de la Real Academia Española. Fue elegida palabra del año 2017 por Fundéu.

Conceptualización

El concepto de aporofobia es usado por medios de comunicación​ y profesionales.

La aporofobia es el odio, miedo y rechazo a las personas pobres. La pobreza es una característica circunstancial en la vida de los seres humanos y en ningún caso forma parte de la identidad. La pobreza no es una condición permanente de las personas, sino una situación indeseable e injusta, pero superable.​ La posibilidad de que las personas puedan salir de la situación de pobreza y abandonar la exclusión social tiene un efecto de culpabilización individual de las personas de su situación de pobreza, ya que no se tienen en cuenta las circunstancias sociales, políticas y/o económicas que influyen en los procesos de exclusión. Las creencias y mitos generados en este proceso de culpabilización son las ideas que subyacen a la aporofobia («están en la calle porque quieren», «tendrían que ponerse a trabajar», «son unos vagos», etc.).

La aporofobia se transmite a partir de una construcción social que relaciona a las personas pobres con delincuencia, situándolas en el imaginario social como posibles delincuentes antes que como potenciales víctimas de la discriminación y la violencia.​ Existen políticas públicas orientadas a la seguridad y a la convivencia​ así como prácticas periodísticas en torno a la pobreza y la exclusión social que favorecen la transmisión de una imagen de criminalización de la pobreza.​

Estas prácticas políticas, sociales y mediáticas generan representaciones deshumanizadoras de las personas en situación de extrema pobreza y crean una distancia simbólica entre «nosotros» y «ellos».​

De este modo, a través de procesos de deslegitimización y exclusión moral la ciudadanía no se sienten obligada a aplicar las normas morales, reglas sociales y consideraciones de justicia que aplicarían con la población que no está excluida socialmente.

ADELA CORTINA (FILÓSOFA)

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